El problema que tiene
el niño con los padres es que no se siente cómodo en casa porque piensan que él
se porta mal y no lo valoran pero cuando piensan que lo han perdido se dan
cuenta de que él es muy importante y que deberían valorarlo más.
Para informarnos de
que el niño ha vuelto a casa el autor utiliza la conversación entre la madre y
el padre, que dice que el niño ha llamado “Bueno, mujer. Si llamó, ya está.
¿Qué le pasó? ¿Le pasó algo?”.
Es un desenlace abierto, ya que termina cuando el padre está
de camino a casa y se sobrentiende que llegará a casa y que le reñirá a su hijo
y lo castigará según lo que dice antes mientras habla con su mujer.
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